Afrodita y Eósforo-Crono
Afrodita.- (Al verle, se compadece e intenta ayudarle) ¿Necesita ayuda, anciano?
Eósforo-Crono.- ¿No me reconoces, bella Afrodita?
Afrodita.- (Duda y le observa detenidamente) ¿No serás...Eósforo?
Eósforo-Crono.- Eósforo es ahora Crono, o Saturno, dios del tiempo. ¿No era de eso precisamente de lo que hablabas con Urania?
Afrodita.- Sí, del inexorable tiempo. Bueno, que según ella no lo es tal.
Eósforo-Crono.- Puede que sea así, pero yo te puedo asegurar que hay ocasiones en las que el tiempo es fundamental; un tiempo que viene marcado por el propio destino.
Afrodita.- Quizás tengas razón, pero también es cierto lo que dice Urania, que al cabo de unos milenios el tiempo pasado es relativo.
Eósforo-Crono.- Yo prefiero centrarme en el presente, soy muy práctico. Debes tener en cuenta , que pertenezco a un signo de Tierra: Capricornio.
Afrodita.- ¿Son, entonces, los del signo Capricornio quienes más notan el paso del tiempo?
Eósforo-Crono.- Lo son, pero están dotados de una gran sabiduría que les hace saber esperar el momento oportuno .
Afrodita.- ¿Me estás insinuando que debo aplicar ese concepto a mi existencia?
Eósforo-Crono.- Sí, Afrodita, en el amor también hay que saber esperar.La esperanza no teme al tiempo...
Afrodita.- Pero, el amor es romántico, pasional, a veces instintivo....
Eósforo-Crono.- Y , ante todo, debe ser...duradero.
Afrodita.- Pues, pensándolo bien, conozco a más de un Capricornio a quien le he tenido que transmitir mis efluvios pasionales.
Eósforo-Crono.- La pasión, cuando se mantiene en el tiempo, sosegada y firme, adquiere matices más intensos.
Afrodita.- (Siente como un escalofrío) Me siento extraña, siento frío, miedo, (se aparta a un lado) me das, sensación de muerte.
Eósforo-Crono.- Porque mi tiempo llega un momento que también se acaba; al igual que la existencia .
Afrodita.- El amor ¡No! Su vibración es eterna. (Más optimista) A ti lo que te hace falta es revivir la pasión. No serías el primer anciano que he visto como rehace su vida encontrando un nuevo amor. Mi energía rejuvenece.
Eósforo-Crono.- Lo sé; en la vejez , muchos del signo Capricornio es cuando verdaderamente se realizan, incluso en el amor; un amor, más maduro, sabio,... más auténtico.
Afrodita.- ¿Lo ves?....en ese punto estamos de acuerdo. El amor no tiene límites.
Eósforo-Crono.- El amor para Capricornio sí tiene límites.
Afrodita.- ¿Qué tipo de límites?...
Eósforo-Crono.- Capricornio, exige, controla; necesita de una buena imagen y prestigio sociales: Su pareja ha de ayudarle a que su fama vaya en aumento para que nunca sea motivo de críticas o escándalos.
Afrodita.- ¿Qué tendrá eso que ver con el amor o la pasión entre dos amantes?
Eósforo-Crono.- Para Capricornio, sí; forma parte de su dignidad.
Afrodita.- (Algo desconcertada) Jamás imaginé que iba yo un día a tener que escuchar consejos sobre el amor; no eres el primero que me los da.
Eósforo-Crono.- Con un aspecto tan bello y juvenil como el tuyo, no suele haber tiempo para plantearse aspectos de la vida o del amor que están relacionados con la experiencia y la vejez; mas ten por seguro que, por todos tendrá que pasar el inexorable tiempo.
Afrodita.- Hablas de un futuro, que según tú culmina en la vejez...pero el tiempo, según he aprendido, es rotatorio ¿ Cómo puedes asegurar que tu alma no podrá volver a ser joven?.
Eósforo-Crono.- Quizás tengas razón, y no creas que he perdido la esperanza. (Va, lentamente, y toma una rosa) Esta rosa parece fugaz, pero se renueva cada primavera, su tiempo, por tanto, es eterno; así te lo dice “La rosa de Capricornio” (se la enrega . Después ,se tumba y queda inerte).
Afrodita.-En ti, rosa, va la esencia de Capricornio: ¡ Sabiduría ¡… (Algo pensativa , recita el poema)
En la cima
de la montaña
está esperando
la rosa
que Crono
retuvo paciente
y que llegado
el momento
te dará
para que logres
el triunfo
que tu esfuerzo
por fin
(Después, se acerca a él y le observa) ¡Crono!...¿Qué haces?...¡Crono!... Tienes la rigidez de la muerte(corre algo asustada, pero reacciona) Si tu, quizás no seas Crono, quien debes ser en realidad es Eósforo. ¡Sí! Eres Eósforo ( Ríe y le llama) ...¡Eósforo!
Eósforo.- (Que, entre un efecto de luces, sigue acostado pero siendo ya él mismo, se levanta) ¡Qué sensación más extraña tengo! parece cómo si fuese de plomo.
Afrodita.- (Corre hacia él y le abraza) ¡Qué alegría tenerte de nuevo, Eósforo!
Eósforo.- (Da una vuelta con ella) ¡Me encantan estos recibimientos, tan cariñosos.
Afrodita.- ¡Cariñosos! ¡Que palabra tan bonita!. ¡Qué bien!, parece que todo vuelve a la normalidad. Por cierto ¿Dónde has estado?
Eósforo.- ¡Menuda pregunta!. Afrodita, por favor, si no hago otra cosa que ir tras de ti, convertido de mito en mito. Creo que ya no sé quien soy .
Afrodita.- (Riendo) No te preocupes, yo te lo recordaré siempre. ¡Somos lo mismo!.
(Hay una pausa, los dos se dedican a contemplar todo lo que hay a su alrededor. Eósforo, mira detrás de una de las columnas y encuentra el casco y sandalias con alas junto al caduceo de Hermes)
Eósforo.- ¿Y esto?... No debería estar aquí; se quedó en el monte Olimpo.
Afrodita.- Son los atributos de Hermes. No debe andar lejos (intenta buscarle y le llama) ¡Hermes!...
Obra editada con fines educativos. Se autoriza su difusión y representacion en centros culturales o de enseñanza (colegios e institutos) sin ánimo de lucro.
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© Cristián Mínguez - SGAE nº 99225
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